EL LEAN MANUFACTURING Y SU CONCEPTO DE VALOR

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EL LEAN MANUFACTURING Y SU CONCEPTO DE VALOR

 

La gestión tradicional de cualquier tipo de proceso (industrial, servicios, administración, . . .) se propone como objetivos, aspectos relacionados con la propia organización, su desenvolvimiento, su productividad, su crecimiento, sus resultados económicos, . . . Se fijan ratios por alcanzar estos aspectos y toda la actuación se centra en tratar de alcanzarlos. Están mirándose el ombligo continuamente y se obsesionan en alcanzar la máxima productividad, sin más, por no decir sin saber por qué.

EL VALOR

El Lean Manufacturing tiene por objetivo fundamental el cliente, más concretamente lo que éste desea, como, en que medida y cuanto lo desea. A lo que el cliente desea lo denominamos Valor, por el contrario lo que  cualquier proceso ofrece a sus clientes, sin haber profundizado en los que éste está esperando, solamente tendrá valor en la medida en que se ajuste a sus deseos que, con demasiada frecuencia, es muy poco.

No es raro que encontremos definida la gestión Lean  como la que trata de entregar al cliente el producto que realmente desea o valora, en la medida que lo desea y cuando lo desea.

Dar prioridad a lo que el cliente valora (por lo que está decidido a pagar) en el producto es, pues, el fundamento del Lean Manufacturing. Pero para lograrlo toda la actividad empresarial debe estar impregnada de este objetivo prioritario. No solamente están encargados de aportar valor quienes diseñan los productos y servicios, todas las actividades de la organización repercuten en sus clientes. De hecho, son las actividades de todos los procesos de la organización, las que deben estar dotadas de Valor. Cualquier actividad debería estar sujeta a la pregunta ¿aporta Valor al cliente? O lo que es lo mismo ¿está dispuesto a pagar más el cliente por mi producto después de realizar esta actividad? Esta es la forma más sencilla de confirmar que se aporta Valor al cliente; hacer cosas por las que éste se halle dispuesto a pagar.

Diseño de productos y servicios ajustados al concepto de Valor, sí, pero en realidad, el Valor está presente en todas las actividades:

Marketing y ventas – saber que quiere el cliente e interpretarlo correctamente.

Producción – no introducir en los procesos actividades que le cliente no valora, pero que le aumentarán el coste y el plazo de entrega.

Calidad – solo es calidad lo que se ajusta a lo que el cliente espera.

Expediciones – entregar correcta y rápidamente los productos.

Administración – gestionar correcta y diligentemente la documentación.

Cuando todas las actividades de la organización se plantean y actúan con el objetivo de aportar Valor para el cliente, es cuando se habrá iniciado un camino de muy elevada eficiencia, que repercutirá en beneficio de la propia organización.